martes, junio 13, 2006

Utopía


Utopía es un pequeño planeta en una remota galaxia mas allá la ultima frontera del universo conocido. Un mundo verde intenso orbitando entre dos estrellas en un rincón del espacio infinito, donde los astros danzan en armónico equilibrio.
Utopía es un edén girando en el vacío, rodeado por anillos azulados de energía que le protegen del cosmos, y una atalaya artificial en orbita para observar la inmensidad; Cuatro satélites son los guardianes de sus cielos turquesas: Aqua, un océano en orbita, una luna azul repleta de vida submarina; Terra un frondoso bosque , un asteroide de selvas, fértiles pastos y ricas huertas, poblado de ganado y accidentado por arboladas montañas; Piros una roca volcánica con cientos de cráteres en erupción , expandiendo energía y calor en todas las direcciones; y Eolo, un planetoide gaseoso sumido bajo espesas nubes y huracanes arremolinados que alteran el color y la forma de su atmósfera. Utopía es la esencia de sus cuatro lunas, cada una de ellas rige un elemento de su naturaleza.
No existen las estaciones, ni la noche y el día. Sus estrellas iluminan las dos caras de la esfera y el clima siempre es tropical.
Utopía es una gran nación planetaria que solo conoce fronteras con el cielo y el mar. Es un país libre regido por anarquía parlamentaria. Sus normas de convivencia las decide una asamblea popular con miembros diferentes y representativos del espectro social. Los humanoides son los centinelas del progreso, una de muchas especies que moran Utopía, rigiendo su vida y evolución en simbiosis y respeto con el resto de razas del mundo animal. En el paraíso no hay posesiones, los seres vivos no envidian ni codician lo ajeno, no existen las riquezas ni el poder. Los ciudadanos solo enferman y matan por desamor, y el sistema les condena a su cura, eliminando de una mente asesina la capacidad de desear y volver a amar.
En utopía no se arman de ejércitos, sino de médicos; no necesitan policía sino psicología; no profesan religiones sino supersticiones; no hablan dialectos sino el lenguaje de los astros. Los utópicos no son conquistadores sino exploradores, sus estaciones espaciales no activan armamento sino indestructibles campos de fuerza para escudarse del inhóspito universo.
Hace algunos siglos sondearon la vida en La tierra desde sus naos vigías y tras estudiar la barbarie de los seres vivos que la habitaban, diagnosticaron la autodestrucción para nuestro pequeño mundo, seriamos exterminados por nuestra propia naturaleza. La maldad de los seres terrícolas era una infección muy contagiosa para las almas utópicas, así que el sistema solar quedó borrado de sus rutas de navegación y solo queda de ellos el recuerdo de un cometa que surcó el firmamento hace unos cientos de años.