viernes, febrero 01, 2008

Los efímeros


Los efímeros son seres triviales, livianos, vacíos. Deambulan por la vida adoptando personalidades ajenas, los roles que cada momento les otorga. Son instantáneos, frívolos, fugaces; no perduran en la memoria ni en los corazones. Son exteriores, circunstanciales. Sus palabras se desvanecen al viento, sin contenido ni sentido.
Son momentáneos, repentinos, intentan aparentar lo que no son, hablar de lo que no saben y ni si quiera les importa. Persiguen el reconocimiento ajeno, codician que les envidien, y envidian lo que codician. Son seres pasajeros, breves, perecederos. Desean lo que no tienen, ansían destacar en algo, publicar sus hitos, alardear de sus éxitos, pregonar sus virtudes, exhibir más de lo que poseen, mientras desdibujan bajo la hojarasca la senda del prójimo.
Los efímeros no viven amando sino ambicionando, no opinan sino afirman, no hablan sino ladran. Son vagabundos del sistema, seres grises, deshumanizados, espectros de la animadversión.
El único efímero recordado es el que se arroja al vacío por el abismo de sus miserias, ya que al menos después de muertos, la compasión les extrañará…